A unas horas del asesinato de Prisciliano Rodríguez Salinas, alcalde del Municipio de Doctor González, un nuevo atentado del crimen organizado mantiene entre la vida y la muerte a Ricardo Solís Manríquez, alcalde electo de Gran Morelos, Chihuahua, casos que ejemplifican que la clase política mexicana se ha convertido nuevamente en carne de cañón de la criminalidad, ante la incapacidad del gobierno federal por contener la violencia que impera en nuestro país.
Ambos eventos, los últimos de una cadena de episodios de violencia que amenazan con desestabilizar las reglas de convivencia legalmente constituidas de muchas ciudades del país, no pueden quedar impunes y exigen respuesta inmediata por parte de la autoridad, acciones contundentes y eficaces que pongan un hasta aquí al crimen organizado. De lo contrario persistirá la vulnerabilidad a la que están expuestos esos hombres y mujeres que arriesgan sus vidas desde el primer momento en que aceptan sus cargos como alcaldes.
El fracaso de las iniciativas puestas en marcha para contener la violencia e inseguridad ha sido recibido por los líderes del crimen organizado como el mensaje claro de la incapacidad del Estado mexicano ante los embates del narco, cada vez más preparados y organizados que las fuerzas que pretenden contenerlo y con una organización y poder capaz de suplantar los gobiernos legalmente establecidos en muchas regiones del país.
No podemos permitir que el narcotráfico marque el rumbo que debe seguir la actividad política en México y que sus miembros se ubiquen en riesgo latente de sufrir un atentado como los que se han escenificado a últimas fechas incluyendo el crimen aún no resuelto de Rodolfo Torre Cantú.
Es una pena que Felipe Calderón Hinojosa persista en hacer rounds de sombra cuando ya han sonado varias campanadas de un combate que hace más de cuatro años prometió ganar por knock out. El presidente debe ponerse las pilas para que los políticos y ciudadanos en general de este país no sigan cayendo indefensos ante la máxima de “coopelas o cuello” que han adoptado las mafias del crimen de este país.
A T E N T A M E N T E
Hortensia Aragón Castillo
Secretaria General
Partido de la Revolución Democrática