Por Jacobo Cruz
En el campo “estábamos mejor, cuando estábamos peor”, es la sentencia que pronuncian los campesinos productores en pequeño debido a la situación crítica que se vive en la entidad, porque la falta de lluvias oportunas provocó la siembra tardía de frijol en temporal, logrando muy bajo rendimiento en el ciclo agrícola que oscila entre los 300 y 400 kg por ha, cuando en “años buenos” alcanzan los 700 kg por la misma unidad de medida.
Recordemos que las condiciones meteorológicas fueron poco propicias y no hubo suficiente humedad para sembrar en la fecha óptima que es alrededor del 24 de junio; además muchos de los campesinos no tuvieron dinero suficiente para la renta del tractor, pero tampoco recursos para comprar semillas y fertilizantes que requieren los cultivos en tierras erosionadas por el arrastre del viento y agua, lo que representa un riesgo para la seguridad alimentaria del país, dado que con el proceso de desertificación, la tierra ha perdido nutrientes y disminuido su potencial de rendimiento.
Fue alrededor del 11 de agosto cuando frijoleros estaban terminando de sembrar porque llovió poco y tarde, mientras que del cultivo de maíz, que es más tardado, los labriegos solo esperaban algo de pastura para los animales.
Don Rafael Robles fue uno de los labriegos del municipio de Guadalupe, que se aventuró a sembrar en la primera semana de agosto, “pero en los últimos años la lluvia es muy irregular por el cambio climático, ahora de nuevo llegó muy tarde y algunos nos arriesgamos a sembrar con poca humedad y cosechamos lo mínimo; pero eso es lo que Dios nos da y tenemos que levantar con la esperanza que el año entrante sea mejor”, explicó.
“Yo sembré 10 hectáreas aquí y sacaré unos 400 kilos por cada una, que vendiendo a unos 16 pesos tendré unos 80 mil pesos en total; pero soy mediero, la mitad es para el dueño y ya del resto hay que descontar todos los gastos del tractor, de la semilla, de los trabajadores y todo; me quedarán unos 8 mil pesos de todo este terreno”, dijo con resignación don Rafael.
Jesús Padilla Estrada, titular de la Secretaría del Campo (Secampo) en Zacatecas, recordó que en el ciclo agrícola del 2021 se logró cosechar más de 300 mil toneladas de frijol, pero estimó que este año sólo se alcanzarán unas 200 mil toneladas de las distintas variedades en todo el estado.
El funcionario explicó que Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) jugará un papel importante para evitar este escenario, sin embargo, productores de municipios como Sombrerete y Sain Alto, entre otros, han exigido que se destinen recursos para generar una bolsa que permita el rescate al campo “en la condición de desastre en la que está”, denunciando que la dependencia federal pretende comprar el grano en 17 o 17.50 pesos por kilo, proponiendo que el precio de garantía se fije al menos en 19 pesos por kg.
Los afectados han denunciado desde años anteriores, que en los centros de acopio de Segalmex “son tantos los requisitos”, que la cosecha del campesino ha terminado en manos de los “coyotes”, por debajo de los 14.50 pesos dependiendo de la calidad y pagando el arrastre al punto indicado con aumento de los costos.
Aunado al poco rendimiento, los hombres del campo coinciden que el precio de garantía de Segalmex no es ninguna ayuda, y más si considera que los costos de producción se incrementaron en un 30 %, por tanto, llaman a formar un contrapeso necesario para lograr equilibrar las políticas del Presidente de México y que regresen los apoyos al campesino pobre.
En ese sentido, los labriegos lamentan la eliminación del Fondo Nacional de Desastres Naturales (FONDEN), con lo que en años anteriores podían acceder al programa para el pago del seguro catastrófico por mil 500 pesos por ha, que también desapareció el gobierno federal, a pesar de que se enfrentaron con el aumento del precio de fertilizante: “antes comprábamos a 850 pesos el bulto de 50 kilos, pero ahora cuesta mil 400 pesos y si no aplicas estás condenado al fracaso”, refirió Don Rafael.
Se ha reconocido que Zacatecas es el primer productor de frijol a nivel nacional, al igual que de ajo, el segundo en la producción de avena, el tercero en chile verde y maíz forrajero, así como el cuarto lugar en tomate rojo, zanahoria y cebolla y octavo en avena forrajera; pero el zacatecano sufre aún más las consecuencias de la carencia de lluvias, de la desertificación, de la pérdida de nutrientes, del encarecimiento de insumos, del alza del precio de los alimentos y del desdén del gobierno; porque en Zacatecas, además de sufrir a diario la violencia e inseguridad, ahora hay que salir adelante con la poca cosecha de la temporada de siembra.
Pero como ya han pasado cuatro años de la “transformación”, ya es tiempo suficiente para evaluar si con el gobierno de Morena hubo algún cambio sustancial en las políticas de apoyo al campo; y como no es así, el productor debe registrar los hechos y concluir que el camino para lograr que realmente se le haga justicia es organizarse y luchar por acciones que impulsen la producción agropecuaria y den valor a su trabajo.