El 2018 arrojará como herencia, en este contexto de lucha electoral, no solamente la renovación del poder político de la República, sino que simultáneamente creará los espacios del debate público para refrescar la discusión racional de los temas fundamentales que atañen e interesan a la sociedad, entre ellos el relacionado con la reducción de los niveles de inseguridad, el combate a la corrupción, el bienestar de la población y la justicia social.
En la encrucijada de los desafíos que plantea el presente año, en lo político a nivel nacional, la disyuntiva electoral enfrentará a la ciudadanía para decidir una de dos opciones: alternancia y/o continuidad.
Será acaso que asistiremos en este momento de la historia nacional, para ser testigos de la culminación de “la crónica” anunciada” de una alternancia democrática más. O bien, se ratificará el horizonte de la continuidad con ajustes menores en un régimen político que requiere de la oxigenación de fondo de su sistema de representación.
En el caso de Zacatecas, los comicios federales y estatales se transformarán en una especie de referéndum para el gobierno de Alejandro Tello, circunstancia que debe aprovechar para apuntalar los principios de “legitimidad” y “legitimación”, necesarios para consolidar la gobernabilidad en nuestro Estado.
Llegamos a las elecciones del 2018, en un momento en que la sociedad está tocada por el manifiesto signo del escepticismo, la incredulidad y la ausencia de ideas, que proyectan la negación de opciones de salida ante los grandes problemas de la sociedad.
Quien puede negar que los comicios de este año, son parte de la expresión de una nefasta partidocracia rentista, cuya especialidad es gastar crecientes cantidades de dinero público y de dinero oculto ilegal, en elecciones que cuestan cada vez más a los mexicanos y que inducen paradójicamente a mayores niveles de corrupción. Hay razones para la frustración, el desencanto, la desesperanza y el pesimismo.
Pero es inequívoco, que estas elecciones plantean la posibilidad de construir espacios de debate y discusión, para enrumbar la vida de la Nación.
Se requerirá, para eso, de liderazgos auténticos y capaces, que conduzcan la vida política de la entidad con entereza y certidumbre.
Configurar los espacios del debate responsable de las ideas en este año de elecciones, será de las mayores responsabilidades de la clase y las elites políticas.
ZACATECAS DE CARA AL 2018:
A propósito de esto, circula ya ampliamente a nivel nacional el interesante y provocativo libro titulado ¡Y Ahora qué? México Ante el 2018, de colectiva autoría que incluye 99 propuestas de cambio en las instituciones públicas de México, diseñadas por 30 expertos, entre los que destacan Héctor Aguilar Camín, Luis de la Calle, María Amparo Casar, José Ramón Cosío, Jorge Castañeda y muchos otros.
Tal vez sea este libro el primer referente de análisis académico de las grandes prioridades que México tiene a tratar en el escenario del presente año de lucha electoral.
Seis apartados conforman la estructura de este texto: 1).-Combate a la corrupción; 2).-Estado de Derecho; 3).-Democracia y Gobernabilidad; 4).-Inseguridad y Violencia Criminal; 5).- Estado de Bienestar: Prosperidad y Desigualdad; y 6).-México en el Mundo.
Es este un libro de lectura obligada para racionalizar las condiciones concretas en que la sociedad mexicana arriba a estas elecciones y cuáles son los retos monumentales que tenemos de cara al futuro inmediato.
LOS COMPROMISOS CON EL DEBATE RAZONABLE:
Es imprescindible en Zacatecas, por obligación histórica, que sea estimulado el análisis académico, el debate de las ideas, a efecto de impedir se impongan los argumentos irreflexivos y frívolos.
Repensemos con racionalidad a Zacatecas Frente al 2018.